viernes, 31 de enero de 2014

La atracción y elegir




El otro día hablando con un grupo de amigos de los cuales la mayoría eran mujeres y solteras tuvimos una conversación más que interesante. Esta entrada está basada en esa conversación de solter@s de treinta y tantos, que quede claro.

La conversación trataba sobre la extraña tendencia general de las leyes de atracción entre hombres-mujeres y viceversa.

Mi amiga Gi, sostenía que los hombres que merecían la pena acababan siendo pareja de mujeres manipuladoras, posesivas, celosas y materialistas. Le pregunté si era un tema que en general se hablaba entre mujeres y me respondió que sí, es una generalidad, pero sucede. Sucede que los hombres, esos que merecen la pena, tienen una “extraña” tendencia a acabar con ese tipo de parejas antes que con mujeres menos “intolerantes” y en definitiva, mejores personas que lo que uno puede considerar una “arpía”.



A todo esto yo le respondí  que a las mujeres les atraen los hombres “malotes”, antes que los hombres buenos y encantadores, al menos de primeras, como si fuera una ley, y que luego no siempre cambia eso.

                                                  
 Supongo que esta sensación se incrementa cuando uno se identifica más con el bando bueno. Se ve acrecentada cuando uno ha visto tantos ejemplos de como una mujer ha caído en los brazos de un autentico cabronazo, que se ha aprovechado de ella por decir algo, o como un amigo ha sido lobotomizado por una mujer que, por encima de todo, no lo trata ni bien, y aún así lo tiene sujeto por los huevos literalmente. Ejemplos de ambos bandos puedo decir que abundan, más de lo que nos gustaría pensar que hay y en esa conversación hablamos de algunos..

¿Qué extraña fuerza hace que nos sintamos atraídos por ese tipo de personas? ¿Por qué cuando se trata de la seducción nos va ese tipo estándar generalizado de personas?. A veces pienso que a los humanos nos gusta el drama, y que a muchos de nosotros nos gusta más sufrir que sentir… Que si nos lo ponen fácil, no lo queremos, que si nos joden, más nos pica y nos gusta… Hablo ahora desde el punto de vista de ser hombre, y generalizo, como siempre, cuando digo: Ser caballeroso, educado, atento y encantador realmente no es lo que buscan las mujeres en primera instancia (aunque realmente soléis siempre describir al hombre ideal así). Realmente necesitan otro tipo de conducta, porque la pérdida de interés es lo más probable que suceda, todo está dentro de un juego de seducción que se encuentra arraigado desde los primeros tiempos de la humanidad. Así que sí, muy posiblemente sea una verdad generalizada, que os gusten con pinta de malos (y ojo, pinta de malo no significa que sea malo, pero es más probable que lo sea) y que los buenos chicos pierdan los huevos con las mujeres manipuladoras y materialistas…

La verdad es, que este tema no tiene una respuesta ni solución definida y definitoria, pero yo me inclino a pensar en la siguiente: La EXPERIENCIA. Aunque el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces sobre la misma piedra (y tres y cu…) sobre todo en temas del sexo opuesto, con el paso del tiempo nos damos cuenta de los fallos que hemos cometido y nos hacemos una idea de lo que realmente queremos y buscamos. Con mi amiga Gi, hablábamos de que algunas personas no pueden estar solas y no se paran demasiado a pensar y tienden a elegir en consecuencia mal. También hablamos de que había gente que por desconocimiento de uno mismo, por falta de conocer quizás a mas parejas o personas, simplemente se conformaban con lo que han visto cuando podían aspirar a más…  Y matizo: Cuando pasas a través de varias relaciones y ganas en experiencia, también vas definiendo hasta dónde has llegado con una y con otra relación, y realmente puedes darte cuenta hasta dónde quieres llegar, y que por debajo de eso, no vas a conformarte, implica saber realmente lo que buscas, al menos sobre el papel. 

En definitiva en nuestras manos está ir en la dirección correcta, no en vano, conozco también ejemplos positivos, y esto sólo es un enfoque más sobre la forma de actuar que tenemos a veces los hombres y las mujeres. 

Quizás por eso, las personas solteras de de treinta y tantos tengamos claro lo que NO queremos, aunque eso signifique estar solo... Pero el tema del soltero de treinta  tantos da para otra entrada. 

Sabemos lo que queremos? Realmente al final donde se ponga el corazón se quite la razón y todo esto haya quedado en mera palabrería.