lunes, 10 de junio de 2013

Échale un par de cojones, o un par de ovarios: Esto es una ruptura


Si de algo podemos decir que estamos seguros, es que todo lo que empieza... tiene un final más tarde o más temprano. Es la vida misma, sabes como empieza pero no puedes saber de que forma va a terminar...
Y como no, en las relaciones pasa igual. No siempre termina cómo nosotros querríamos o podríamos imaginar.
Partiendo de esa base, los supuestos pueden ser varios pero normalmente pasan dos cosas...
Lo menos usual : cuando una pareja llega a la conclusión de que ya no da para más la relación, y siendo los dos sinceros y honestos con la situación deciden dejarlo para no perder más el tiempo. Decisión bilateral.
Lo más usual :cuando uno de los dos, por la razón que sea, decide que ya no más, que se acabó y punto. Decisión unilateral.Y cuándo eso pasa..., entonces es cuando hay tomate.
Y sí amigos, es que se plantea una situación que resulta del todo incómoda para la mayoría de los mortales, la hora de la ruptura.



El tipico ejemplo de muchos...

Está la típica persona cobarde y mezquina que por no complicarse la vida, fuerza la ruptura escudándose en cualquier clase de excusa barata antes que decir la verdad y exponerse a un “mal rato” que para qué se lo va a comer si se lo puede ahorrar..¿no?. He comprobado que muchas personas huyen literalmente de su responsabilidad como pareja, actúan como verdaderos niños y dejan el agua correr con la esperanza de que se quede el pozo seco, con el deseo de que de esa forma, sin dar explicación coherente alguna, se pase el episodio desagradable y se pueda seguir a otra cosa.
Para qué le vas a decir que te follas a otra/o, por ejemplo, o que simplemente ya NO la/o quieres, si te lo puedes ahorrar.

Para qué le vas a echar un par de cojones (u ovarios) y ser honesto / sincero contigo mismo y con tu pareja… Mejor no, pensarás que para qué hacerle tanto daño si lo podemos hacer de una forma más sibilina y delicada… ¿A quién quieres o pretendes engañar egoísta!? Si NO lo haces pensando en la otra persona  para que no se lleve un palo fuerte y sufra, ay pobre... lo haces pensando en TI amigo/a mío/a, para ahorrarte el mal rato, no seamos hipócritas por favor. A qué viene alargar una muerte que sabes con certeza que se va a producir, alargar un sufrimiento y permitir que la otra persona, esa que sigue queriéndote y no entiende por qué narices está sucediendo esto, siga agonizando y arrastrándose porque no puede encontrar la puñetera razón que sólo sabes tú…  para QUÉ se la vas a dar… ¿no?

Me pregunto donde está en ese momento algo tan simple como la comunicación y la honestidad de la pareja. Y si ya no os habláis..., ¿por qué no hablasteis entonces antes de dejar de hablaros?

Pues sí, pienso que hay que echarle un par narices, luchar contra la cobardía y decir las cosas a la cara desde el primer momento, con dulzura, delicadeza pero con sinceridad y si llega ese momento fatídico de que no hay vuelta atrás, se debe hacer un esfuerzo, no aligerar la carga de responsabilidad que uno tiene agachando la cabeza y HUIR de una situación que has provocado tú. Porque eres tú el que no quieres seguir y eres tú el que tienes que resolverlo.

Seguramente muchas personas que hayan leído esto habrán asentido con sus cabezas durante la lectura, bien porque han sufrido en sus carnes lo que aquí se describe, bien porque  alguna vez también han cometido el error de no afrontar las cosas con más valentía y honestidad. Para estas personas, mis mejores deseos y ánimos (por esas que han sufrido o están sufriendo, o por esas otras que quieren ser mejores personas y no volver a errar de nuevo)

Para esos otros individuos con una personalidad mezquina, ruin, cobarde e inmadura sin visos de que vayan a cambiar… QUE OS DEN POR El CULO.

Esta entrada la dedico a una persona muy especial para mí. Va por ti corazón.

Nos leemos ;)